JADRAQUE, CRÓNICAS DE UN SIGLO
Fue, y sigue siendo Jadraque, uno de los
pueblos más significativos de la provincia de Guadalajara, en parte debido a su
impresionante castillo, titulado del Cid, levantado sobre lo que ha sido
definido como “el cerro más perfecto del mundo”, entre otros por don José
Ortega y Gasset, quien en Jadraque, junto a su padre, don José Ortega y
Munilla, pasó parte de su infancia en la década de 1880.
La historia de Jadraque ha sido
ampliamente tratada en sus aspectos generales por numerosos autores, que han
dado a la imprenta títulos como “El Libro de Jadraque”; la “Historia de
Jadraque y su Tierra”, “El castillo de Jadraque”, etc.
En ellos se ha tratado la historia desde
los orígenes de la población hasta el presente, pasando por alto las noticias
que hacen referencia a la población en general, a la gente cercana, en los tiempos cercanos, que es de la que se
ocupan estas “Crónicas de un siglo”, que en realidad es algo más de un siglo,
casi dos, puesto que nuestras historias comienzan en 1807, con el informe jadraqueño
del botánico Esteban Boutelou, y concluyen con la muerte del poeta José Antonio
Ochaíta, el poeta que más relumbre dejó en la provincia de Guadalajara a lo
largo del siglo XX.
Tres son los volúmenes que se dedican a reseñar las crónicas de este tiempo,
puesto que la base de estos libros son las crónicas escritas en prensa,
revistas y publicaciones, en torno a Jadraque. Crónicas que nos dan cuenta de
cómo ha ido transcurriendo la vida de la
población; la de sus habitantes; los sucesos grandes y pequeños; sus festejos;
los de sus vecinos…
Cerca de mil páginas las que nos retratan
el cambio que ha ido experimentando la población desde que el referido Boutelou
nos pintase las tierras de Jadraque como uno de los pueblos más míseros que ha
conocido, hasta la actualidad, en que se ha convertido en uno de los más
representativos de la provincia de Guadalajara.
Trata
el primer volumen los años que
median entre 1807 y 1898. Los años de la Guerra de la Independencia; de
las
Guerras Carlistas; de la llegada del tren y todo lo que aquello supuso
para la
población, con la presencia en su estación de príncipes y reyes; y lo
que
aquello supuso para los cambios futuros: desde ser una de las primeras
poblaciones en contar con iluminación eléctrica, hasta convertirse, tras
pasar
por una de las mayores calamidades posibles, la epidemia de cólera de
1885 que
prácticamente diezmó la población, en un centro vacacional que reunió en
sus
calles a una parte importante de industriales madrileños. Un volumen por
el que pasan nombres como el conde de Fabraquer, Bretón de los
Herreros, Mariano José de Larra, Ortega Munilla, Micaela Silva... y
tantos más.
Nos introduce el segundo volumen en la
primera mitad del siglo XX, a través, principalmente, de las crónicas de quien
fuese farmacéutico de la población don Jacinto Abós. Años que van desde 1899,
cuando el pueblo de Jadraque adquiere el ruinoso castillo de los Mendoza, hasta
que por Jadraque, de regreso a sus provincias, pasan los miembros de la Generalitat
de Cataluña que meses antes habían proclamado la República Catalana, y fueron
detenidos y llevados a Madrid, para ser después indultados. Comienzan en este
volumen, las noticias de las gentes, y los apellidos, de las familias que han
llegado hasta el día de hoy.
El tercer volumen, que comienza en 1939 y
concluye en aquel nefasto mes de julio de 1973, con un epílogo que conduce al
siglo XXI, nos habla de la recuperación de Jadraque tras los desastres de la
guerra. De la reconstrucción de sus monumentos, de su castillo, de sus fiestas,
de sus gentes, de sus personajes…
El conjunto de las tres obras es un
compendio de la historia de Jadraque, por descubrirse, y necesaria, que pone al
día la historia de un pueblo por los que
pasan sus festejos, sus tradiciones, sus
gentes; el ayer que ha conducido al hoy. Tres libros que se leen como si fuesen
una novela de aventuras, puesto que la historia que se cuenta es toda una
aventura. La del ser, y el haber sido de esta gran población.
Su autor, Tomás Gismera Velasco, ya ha
contribuido al conocimiento de Jadraque con libros como “El Castillo deJadraque. Las Torres del Cardenal”; así como la biografía, tenida como una delas más significativas a la hora de retratar a un personaje: “José AntonioOchaíta. La Voz de la Alcarria. El Príncipe de la Copla”.
Tomás Gismera, y su obra, han sido reconocidos en numerosas ocasiones, destacando premios recibidos como el "Alvaro de Luna", de historia, de la provincia de Cuenca, ( en dos ocasiones); "Eugenio Hermoso" (de Badajoz); "Serrano del Año"
de la Asociación Serranía de Guadalajara", "Popular en Historia", del
Semanario Nueva Alcarria; "Melero Alcarreño", de la desaparecida Casa de
Guadalajara en Madrid; Alonso Quijano de Castilla la Mancha; Turismo
Medioambiental del Moncayo, de Zaragoza; Paradores Nacionales; Radio
Nacional de España; Primer Encuentro Nacional de Novela Histórica;
Recreación Literaria de Córdoba; Hispania de novela hisórica; Federación
Madrileña de Casas Regionales; etc.
En la actualidad es colaborador ocasional de varios medios de prensa, radio y televisión de Castilla-La Mancha y Castilla-León; siendo habitual su firma, semanal, en el bisemanario de Guadalajara "Nueva Alcarria", edición papel, en donde lleva a cabo la sección "Guadalajara en la memoria"; así como en el digital "Henares al Día"; donde tiene a su cargo la sección "Gentes de Guadalajara"; habiendo sido colaborador de otros medios como "Cultura en Guada"; "Arriaca", Cuadernos de etnología de Guadalara, de donde ha sido vocal del Consejo de Redacción; etc. Siendo fundador, coordinador y director de la revista digital Atienza de los Juglares, de perioricidad mensual, fundada en 2009, y reconocida como una de las mejores, en este contexto, editadas en la provincia de Guadalajara, de repercusión nacional y carácter altruista.
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